En el siglo XXI múltiples procesos rutinarios como encontrar pareja, trabajo, reconocer rostros, tomar fotos, construir -y manejar- autos y enviar emails, entre otros servicios entregados por aplicaciones móviles, se basan también en el uso de algoritmos; y Chile no está ajeno al avance…
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La omnipresencia de los algoritmos en la vida cotidiana y en los grandes saltos de la tecnología