Análisis de The Walking Dead: The Telltale Series – A New Frontier

Versión analizada Xbox One. Copia digital proporcionada por Telltale Games.

Ya os hablamos de los dos primeros episodios de

The Walking Dead – A New Frontier

en su día, la tercera temporada hasta la fecha que Telltale Games ha publicado sobre el universo de fantasía apocalíptica de Robert Kirkman. En la primera temporada nos quedamos prendados de la relación paternofilial entre el maduro Lee y la desamparada Clementine, pero con la segunda comprobamos cómo la inocente niña se convertía en una mujercita capaz de hacer cualquier para sobrevivir gracias a los consejos de su mentor. Pocos juegos consiguen transmitir tanto en tan poco tiempo. Y con ese recuerdo marcado a fuego en nuestro corazón de jugador nos llega la tercera parte de la historia… sin nuestra Clem como protagonista principal. Ella es un personaje secundario, recurrente, pero secundario, algo que entendemos a la perfección después de disfrutar en su totalidad de

A New Frontier

. Si las dos primeras temporadas trataban de las familias que se formaban para sobrevivir a un holocausto zombi, esta tercera ahonda en la familia tradicional y su evolución en un escenario tan hostil y peligroso.

El nuevo protagonista se llama Javier García, un bien parecido jugador profesional de béisbol de origen latino al que siempre le han echado en cara que no tomara más responsabilidad con su familia, sobre todo por parte de su hermano mayor David. Una serie de desdichas provocadas por el brote vírico que ha infectado a la humanidad y que provoca que todos los muertos se levanten de sus tumbas es el desencadenante para que tenga que encargarse de la familia de su hermano (mujer y dos hijos) en este nuevo escenario de penuria en el que todo el mundo intenta robarte lo poco que tienes. Así comienza su historia, tendremos flashbacks que nos pondrán en antecedentes mientras vivimos el día a día de esta familia de supervivientes. Pero ocurre siempre en The Walking Dead, el destino tiene preparado toda clase de calamidades que suelen terminar con la muerte cara a cara.

Visitaremos vertederos en busca de alimento y combustible, lidiaremos con asaltantes y hasta nos encontraremos con ella, con nuestra Clem. Más adulta y rocosa que nunca. La vida la ha tratado muy mal pero ella siempre sale adelante. Conoceremos nuevos asentamientos de diferente calado, hasta que lleguemos a Richmond al final del segundo episodio, el lugar en donde se concentra la acción de casi toda la temporada. Nos encantaría profundizar en la trama sin soltar spoilers, pero es realmente complicado en este caso. Diremos que las afinidades y las lealtades con los personajes que conoceremos en la aventura estarán siempre supeditados a los intereses de nuestra propia familia. El contraste que resulta es realmente interesante y posiblemente el mejor logro de toda la historia. Si Lee y Clem tenían su vínculo de lealtad, Javi se encuentra atrapado por una familia al principio impuesta, pero que se convertirá en el motor que impulsará todas sus decisiones. Quizás los villanos a los que tenemos que enfrentarnos puedan resultar demasiado genéricos por momentos, pero eso se compensa con la inclusión de Clem en la trama y la presencia de Jesús como “artista invitado”, el buen samaritano de abrigo negro que conocemos de la serie de televisión y de los cómics.

Como decimos, en la parte de guión A New Frontier nos ha encantado. Si bien no llega a llenar tanto como lo hizo la primera temporada, sí que resulta más interesante y variada que la segunda. El problema es que la parte jugable es calcada a la anterior temporada, de manera que los puzles y las secuencias de acción son poco menos que testimoniales. Y nos da rabia, porque sabemos que Telltale Games sabe hacer buenos juegos, pero parece que con limitarse al guión y a elegir las elecciones puntuales de turno el equipo de desarrollo tiene de sobra. Todavía recordamos cuando Lee y Clem se quedaron encerrados en una farmacia con otros supervivientes y teníamos que rebuscar en todos los rincones para conseguir salir del atolladero. Ya de eso queda poco en los juegos de este estudio, pero al menos la calidad de los guiones apenas ha decaído. Se trata del segundo juego que hace uso del nuevo motor gráfico, y si bien no es ninguna maravilla, sí que aporta escenarios y personajes mucho más detallados. Nos quedamos con el sistema de iluminación de largo, aunque el viejo defecto de sufrir parones antes que cargue una pantalla o una secuencia de acción (mediante Quick Time Events) sigue presente. Las voces en inglés consiguen que nos metamos en la trama, mientras que los subtítulos en inglés presentan menos errores que los que vimos en la reciente aventura de Batman. Aunque aquello era un desastre.

A New Frontier consigue acercarse en cuanto a argumento y sensaciones de la primera temporada, salvo por el factor sorpresa claro. Hay momentos de Javier que no habíamos visto en ninguna otra serie de Telltale Games, y eso se agradece mucho. Como ya hemos repetido hasta la saciedad, lo malo llega con la ausencia de puzles y de una dificultad inexistente. Los libros de “Elige tu propia aventura” resultaban mucho más complicados. Y es algo que da rabia porque el guión es bueno y estamos en un periodo en el que las aventuras gráficas vuelven a estar de moda. Como entretenimiento, que es de lo que se trata, el juego cumple. Y si además somos seguidores de la serie de AMC o de los cómics, pues miel sobre hojuelas. Pero por favor, directivos de Tellatale Games, no perdáis la oportunidad de hacer verdaderos videojuegos. Ya casi nos queda por asumir que la primera temporada de Lee y Clem fue un hito que difícilmente se volverá a repetir.


El guión mantiene las señas de identidad de la serie. Las decisiones. Los gráficos mejoran mucho…

… pero todavía hay parones. La dificultad es nula, es más una película interactiva.

La tercera temporada aporta cuestiones interesantes y buenos personajes, pero queda lastrada por una jugabilidad pensada para un recién nacido.