Tetsuya Nomura, varón japonés nacido un 8 de octubre, es recordado por su labor de dirección y diseñador en la saga

Final Fantasy

. Es activo y sigue siendo de actualidad, y más este año, que se cumplen veintinueve años del estreno de la serie en NES y de la salida al mercado de

Final Fantasy Explorers

y

Final Fantasy XV

.

Llegado a este momento de su vida ha decidido romper su silencio: los protagonistas de Final Fantasy XV superan en carisma a los de Final Fantasy VII, la entrega predilecta de los fans y con el remake en ciernes.

“No me malinterpretéis, los héroes de Final Fantasy VII me encantan, pues no dejan de ser hijos míos, pero tantos emos acaban cansando. Mi intención era crear un grupo heterogéneo de personajes contrapuestos entre sí que como conjunto funcionase. Tenemos al silencioso Cloud y su peinado anarcopunk que se llevaba en los barrios conflictivos de Osaka de la época; al forzudo Barret, que representa el exotismo de las pieles oscuras de los gaijins y a la hermosura de los cyborgs; Red XIII simboliza a los perros parlantes esclavizados por feriantes y científicos; Yuffi representa los orígenes ninja de nuestra nación; Tifa es una mujer emprendedora con comercio propio, luego está Aeris que era vendedora de flores y por eso la mataron.”

“El problema apareció cuando el juego llegó a Occidente y todos sus habitantes se aficionaron al cuero ajustado y a la sensibilidad existencialista. Malinterpretaron el mensaje optimista y redentor de Sefirot y de Vincent, incluso de Cloud, a pesar de que no hablase. No hay que mirar a la vida con amargura ni cuestionarse si somos personas reales, clones con el cerebro lavado o vampiros viudos. No hay que abusar de las gabardinas de cuero ni de las poses chulescas para subir a las redes sociales. ¡Seámos como Noctis y su panda!”

“Sí, el príncipe exiliado de Lucis también viste de negro, como sus amigos Prompto, Ignis… y Gladiolus, pero con una diferencia crucial: su estilo es realista y mundano. Y muy chic. Los diseños de Hiromu Takahara dieron ese toque de realidad que necesitaba la serie. Todos podemos ser un Noctis, sentirnos identificados con él. Cierto es que es un príncipe y que tiene un coche lujoso, pero la sensación de desamparo y miedo están latentes en él, pues su mundo se ha caído abajo. Por suerte la camaradería de sus amigos le ayudan a afrontar el camino. Pueden caer mejor o peor, recordar a personajes de otras entregas, pero la amistad de los cuatros chicos se ve sincera y real. Interactúan entre ellos y viven aventuras como haríamos nosotros. No es un grupo de desconocidos que se alían para azotar a un hombre que mata mucho pero llora más. Somos nosotros, pero en jóvenes y dentro de un videojuego. Por ello se les debe dar una oportunidad.”