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Avance de Quake Champions
No son muchos los estudios que pueden presumir de haber creado un videojuego cuya relevancia resista el inmisericorde paso de los años; no hablemos ya de dos títulos, como es el caso de
id Software
con
Doom
y
Quake
. La compañía estadounidense, veterana en el sector, dio con la tecla con sus dos series más famosas: ambas son palabras mayores, nombres propios en lo que al exitoso y controvertido género de los
shooters
se refiere y, de igual forma, son dos viejas glorias que se han propuesto volver al panorama actual con la fiereza que les caracteriza.
Un año después del sobresaliente regreso de Doom, el otro shooter legendario de id Software aparece en escena, tan frenético, cruel y adictivo como siempre, manteniendo la esencia que hizo míticos a sus predecesores, y adaptándola a los tiempos modernos -tanto para lo bueno como para lo malo-, dominados con puño de hierro por grandes rivales como Overwatch o Counter Strike.
Pero, ¿qué ofrece
Quake Champions
que no puedan igualar sus competidores, ya afianzados en el mercado? En este caso, la premisa es sencilla:
su jugabilidad vertiginosa y sus armas letales lo convierten en un juego muchísimo más exigente a nivel mecánico
, donde un mínimo error puntual acostumbra a ser el último. En cualquiera de los modos de juego -duelos, todos contra todos, equipos y sacrificio-, todo en
Quake
está relacionado con la habilidad y los reflejos; con nuestras mismas capacidades de matar a nuestro rival antes de que él acabe con nosotros. Este tipo de enfoque tan centrado en la puntería y la coordinación del jugador, aunque es marca de la casa, aparece sustancialmente renovado debido a la inclusión de las habilidades de los distintos campeones, las cuales añaden un plus de profundidad a un sistema que resulta tan simple como eficaz.
Así pues, cada personaje tiene una habilidad pasiva y una habilidad activa que inciden directamente en sus fortalezas: por un lado, encontramos campeones más resistentes, capaces de aguantar mayores cantidades de daño -ya sea por mitigación, vitalidad, o armadura- y por otro, personajes ágiles y rápidos, que danzan por el escenario con facilidad debido a su movilidad pero, como consecuencia de su fragilidad, son una apuesta un tanto más arriesgada. No obstante, estas características inherentes a cada campeón no han de verse como un intento de clasificarlos según sus funciones dentro de la partida, pues id Software prescinde de la vertiente táctica y otorga plena libertad a los jugadores. Una gran decisión, sin lugar a dudas.
En lo referente al apartado visual, en Quake Champions prima claramente la optimización frente al puro músculo gráfico, algo que resuelve con gran maestría; sin renunciar ni por asomo a la espectacular violencia visceral que caracteriza a la serie. Los modelados de los campeones son ricos en detalles, y las animaciones, pese a que no son nada del otro mundo, son ahogadas por el ritmo vesánico del propio juego. Quizás los grandes puntos negativos se encuentran tanto en las texturas de los escenarios, marcados por una disparidad de calidad en sus elementos que ensombrece el conjunto, como en el diseño de niveles, que a estas alturas no sorprende en absoluto y genera experiencias un tanto reiterativas.