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Análisis de Salt and Sanctuary
Versión analizada Nintendo Switch. Copia digital proporcionada por Stride PR.
Ska Studios es un desarrolladora “indie” que tiene entidad propia. Basta con ver una pantallazo de una de sus obras para reconocer de inmediato el estilo de su propuesta que oscila entre lo tétrico y lo macabro. Ellos ya nos propusieron las dos entregas de The Dishwasher y Charlie Murder en nuestra añorada Xbox Live Arcade, pero no se han quedado quietos y contraatacaron hace un par de años con Salt & Santuary en las consolas de Sony , su mejor trabajo hasta el momento. El “equipo” de trabajo está formado por dos personas principalmente, James Silva y Michelle Juett Silva, y ahora vuelven a estar de actualidad con la versión de su última obra para Nintendo Switch. Debido al tiempo transcurrido desde que Salt & Santuary se estrenó, suponemos que ya estarán a punto de terminar su próximo proyecto, pero mientras ese momento llega, podremos disfrutar de su inquietante juego en la famosa máquina híbrida de Nintendo.Salt & Santuary nos permite crear un personaje como si de un juego de rol al uso se tratase. Podremos elegir su apariencia física con un modesto editor y seleccionar la categoría que queremos encarnar en la aventura. Una vez terminemos, nos encontraremos en la lúgubre bodega de un barco. Navegamos como guardas custodios de una princesa. La princesa, de hecho. Ella es la clave para que la cruenta guerra que asola medio mundo termine, su boda con el rey de la nación en conflicto sellará las hostilidades. Nuestro deber es llevarla hasta su destino. Pero como era de prever, algo saldrá mal. Muy mal. La embarcación es atacada por unas criaturas muertas que acabarán con casi toda la tripulación… pero lo peor será cuando lleguemos a la cubierta y veamos que un enorme monstruo nos tira por la borda como si fuéramos un pelele. Despertaremos en la orilla, desorientados y aturdidos, con el único pensamiento entre ceja y ceja de llevar a cabo la labor que nos han encargado cueste lo que cueste.Así arranca el juego. Un título de estructura lateral que utiliza un cuidado estilo gráfico en dos dimensiones para transportarnos a un mundo descorazonador e inquietante. Ya hemos tardado en mencionarlo, pero Salt & Santuary es igualito a Dark Souls. Son almas (en pena) gemelas. Uno en dos dimensiones y el otro hecho a base de polígonos, pero ambos igualitos en cuanto planteamiento y jugabilidad se refiere. Como analogía podríamos citar a Minecraft y Terraria, dos juegos prácticamente similares que abordan las mismas mecánicas desde puntos de vista diferentes. Ya nos daremos cuenta de esto en el citado editor o en los primero envites, cuando la barra de resistencia limite cada una de nuestras volteretas y cada uno de nuestros ataques. Y luego está el tema de la “Sal”, por supuesto. El conocido mineral es la esencia de este juego al permitir que subamos de nivel al reunir la suficiente cantidad de ella, pero si caemos en combate perderemos la acumulada. Para recuperarla, deberemos volver hasta el malnacido que nos dio muerte (horribles jefes finales principalmente) y vengar nuestra caída en desgracia.La jugabilidad es una delicia, heredada de los anteriores juegos del estudio. En esta ocasión es más sosegada y lenta (la de The Dishwasher era una locura con combos en cadena que ridiculizarían al mismísimo Dante de Devil May Cry), con el combate como eje central de todo el entramado jugable y la exploración con tintes de metroidvania (mediante plataformas y puertas) como mal necesario entre tanta violencia. El juego es tan lúgubre que una película de Tim Burton parecería un especial de los Osos Amorosos. A veces, podremos distinguir algún que otro color, pero el juego maneja todos los grises inimaginables para transmitirnos directamente desazón y malestar. Tal como lo hacen los títulos de From Software, dicho sea de paso. Ska Studios cuida mucho la puesta en escena, y tanto la animación como los escenarios son marca de la casa. Hasta las melodías que nos atormentarán durante nuestras internadas en lo desconocido tienen esa melancolía de la serie Souls. Toda esa puesta en escena obliga a que pongamos el brillo a tope si jugamos en el modo portátil, lo suyo es dejar la consola colocada en el dock para jugar en la pantalla grande, la verdad es que se juega mejor.No estamos ante un plagio descarado de esos que dan vergüenza ajena. Estamos ante el mejor versión posible de la mecánica Dark Souls en dos dimensiones. Ni siquiera el equipo de Hidetaka Miyazaki podría hacerlo mejor. Se trata de un juego que atrapa por su jugabilidad, que nos aprieta por su dificultad y nos divierte cada vez que somos capaces de superar una de esas enormes monstruosidades que han parido en el infierno para atormentarnos. Poco más podemos decir salvo que Nintendo Switch acumula ya una cantidad de indies de calidad como pocas veces se ha visto. Lástima que la pantalla se nos quede algo corta por la iluminación y el tamaño de la fuente de las letras, nos pegaremos puñetazos en los ojos para intentar ver algo. Por lo demás, el juego ideal mientras llega Dark Souls Remastered… y posiblemente sigas enganchado a este Salt & Santuary cuando el otro ya lo tengas.
La jugabilidad, calcada al juego de From pero en 2D. El apartado gráfico…
… aunque se ve muy oscuro, sobre todo en el modo portátil.
De Dark Souls de segunda categoría nada de nada, S&S es un juego como la copa de un pino. Sal y muerte para todos.