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Análisis de Tekken 7
Versión analizada PlayStation 4 Pro. Copia digital proporcionada por Sony.
Como hemos dicho ya hasta la saciedad, la lucha ha vuelto. El género que
Street Fighter II
convirtió en eterno sufre de altibajos según rachas y modas, y ahora toca la racha buena.
Street Fighter V
,
Killer InstinctMortal Kombat X
o
Injustice 2
ponen de manifiesto la buena salud del género en la actualidad. Por eso mismo Bandai Namco, ilustre desarrolladora en el noble arte del combo y de la tollina digital, proponen la séptima entrega de su serie más insigne (sin contar los
spin off
), el conocido torneo del Puño de Hierro. Y nosotros como locos, claro, con la idea de tener una nueva entrega de la conocida franquicia en nuestras plataformas de sobremesa (Xbox One, PlayStation 4 y PC). La espera ha sido larga desde que
Tekken Tag Tournament 2
acaeció hace ya seis años, pero Harada-San y todo su equipo de obreros del polígono y la textura han trabajado duro para que el advenimiento de la séptima encarnación del torneo sea la fiesta que se merece.
Pero a un juego que ya va por su séptima entrega hay siempre que pedirle más. Por lo menos que aporte un valor añadido que la distinga de todas las anteriores. Y la primera sorpresa para los jugadores la encontramos en su modo historia. Realmente tenemos dos variantes, una creada para cada uno de los luchadores de la franquicia y otra mucho más elaborada que aborda la trama principal de la serie desde la primera entrega, el enfrentamiento entre Kazuya y Heihachi Mishima, padre e hijo respectivamente. Como ocurre en la mayoría de las familias desestructuradas, hay conflictos irreconciliables. En este caso, Kazuya guarda rencor a su progenitor por asesinar a su madre y lanzarle a él por precipicio. Por mucho torneo del Puño de Hierro que se ha celebrado, el conflicto sigue vigente, hasta el punto que la organización Mishima Zaibatsu y la Corporación G (cada una encabezada por nuestros dos protagonistas) se han declarado una guerra mundial que no para de cobrarse víctimas. Todo el argumento lo seguiremos desde el punto de vista de un periodista que sigue muy de cerca el conflicto, todo mientras vemos numerosas secuencias de video que enlazan los combates y conforman el argumento que debe cerrar de una vez por toda este conflicto familiar.
Pero uno de los grandes atractivos de este Tekken 7 junto al guión de la trama Mishima es la aparición de Akuma, el personaje de Capcom que tan mal nos lo ha hecho pasar cada vez que nos lo hemos encontrado en Street Fighter. Aparecerá en el capítulo ocho de este modo, sin lugar a dudas el mejor de todo el modo historia, además de convertirse en parte del roster de personajes. No tendremos Tekken x Street Fighter pero al menos esto nos vale de placebo. La forma que han tenido de respetar su catálogo de golpes y encajarle en la jugabilidad Tekken es digna de elogio, hasta mantiene en exclusiva dos barras “EX” para potenciar sus movimientos una vez rellenadas. En lo que sí nos vamos a quejar directamente al señor Harada es en la dificultad del último combate, casi mayor que completar los trece capítulos anteriores. Se nota que no han querido descuidar el contenido para un solo jugador en esta entrega, además de darle cierto aire a la trama de entrega final que realmente se palpa secuencia tras secuencia. Siempre será una opereta familiar tan hortera como un dueto de Lady Gaga con Martirio, pero de lo ridículos que son a veces dan la vuelta y asentimos con aprobación.