Avance de Prey (2017)

Prey

nos contaba las andanzas de un indio norteamericano que era abducido por alienígenas. Por supuesto se escapaba y la liaba parda a base de pegar tiros en primera persona. El juego tenía sus cosas, de manera que la gente de Human Head Studios pensaron en hacer una segunda parte, una en la que nos convertíamos en cazarrecompensas con la galaxia como nuestro coto de caza personal en el que daríamos captura a los más variado del universo. La cosa no salió bien y esta continuación se cancelo, pero en Bethesda pensaron que el nombre tenía todavía gancho, así que contactaron con Arkane Studios para una nueva entrega que no tuviera nada que ver con el original. Esta desarrolladora francesa consiguió por fin el reconocimiento con

Dishonored

, éxito que les permitió invertir lo suficiente para dividirse en dos grupos de trabajo. El primero de ellos se encargó de la segunda parte del citado

Dishonored

(que apareció a finales del año pasado), mientras que el segundo equipo se ha encargado de esta nueva encarnación de

Prey

.

Estamos en uno de esos universos alternativos en los que el cambio de un hecho puntual termina por generar una ramificación de acontecimientos inaudita. En esta ocasión, John F. Kennedy no murió asesinado en Dallas y se embarcó en un programa espacial que acortaría los plazos para llevar al hombre a la estrellas. La guerra fría se convirtió en una “joint venture” con los rusos que supondría la conquista del espacio para la humanidad. Pero como es de prever, no estamos solos en este vacío y frío universo. Diversas especies alienígenas agrupadas bajo el seudónimo “Typhon” han querido eliminar a los humanos y cortar su expansión (otros como el Covenant de la serie Halo), pero los humanos han sabido responderles tanto con armamento como con ingenio. Actualmente, la estación espacial “TranStar” (gran nombre para una “drag queen”), sirve de laboratorio para estudiar al enemigo, además de como prisión para que estos asesinos del espacio exterior no lleguen a la Tierra.

Nosotros encarnaremos a Morgan, un trabajador de la estación “TranStar” en el año 2034. Las cosas se han desmadrado, la estación está a punto de venirse abajo y lo único importante es evitar que esos seres puedan llegar a nuestro hogar. El juego no sigue un sistema de niveles como hemos visto en otros títulos de Arkane, en esta ocasión han optado por crear toda la estación y habilitar el acceso mediante habilidades y objetos, al más puro estilo “metroidvania”. Por supuesto tendremos armas de fuego y armas experimentales para frenar a las criaturas (como el disparador de espuma que los inmoviliza al momento para que podamos rematarlos), pero gran parte de la gracia de la aventura estará en los experimentos realizados con los alienígenas. En realidad, la investigación principal ha estado centrada en diseccionar las habilidades de los extraterrestres para añadir su potencial al genoma humano. Y sí, Morgan se convertirá en la principal cobaya, todo para ganar los suficientes recursos para detener a esta amenaza.

De lo que hemos podido ver, nos quedamos con el mimetizador de objetos. Una de las especies, unas arañas de color negro que parecen el “humo negro” de la serie Perdidos, es capaz de convertirse en cualquier cosa del mobiliario. Desde una silla hasta una maceta. La tensión irá en aumento conforme nos movemos, ya que todos los elementos del entorno pueden ocultar un enemigo. Lo bueno es que cuando tengamos esa habilidad, nosotros podremos hacer lo propio. Hemos visto a Morgan convertirse en una taza y así pasar por una ventanita rodando para volverse otra vez “humano” al otro lado. Esperemos que éste sea una de las múltiples posibilidades que esconda este Prey.

En realidad, este juego nos recuerda poderosamente a Bioshock. Casi podemos considerarlo como un Bioshock Stars o Bioshock Galaxy, porque el planteamiento resulta muy parecido a los juegos de Irrational Games. Nuestro protagonista, Morgan, termina atrapado en un ambiente hostil en el que todo se ha salido de madre. Un enclave utópico creado por el hombre que termina por convertirse en la representación de todas sus pesadillas y un fiel reflejo de sus más bajas miserias. En este caso tenemos una cárcel de alienígenas con suntuosas estancias que podrían pasar perfectamente por los salones de un museo, claro que tendremos nuestras salas llenas de maquinaria, oficinas y paseitos por fuera de la estación espacial con vehículo a juego, como vimos en los títulos de Ken Levine.

El juego emplea una versión adaptada del motor gráfico Cryengine, todo para evitar los problemas que la versión de PC tuvo de Dishonored 2 con el motor creado por ellos mismos. Este nuevo Prey llegará el 5 de mayo del presente año, casi sin hacer ruido y con la certeza de que estaremos ante un modo campaña largo y lleno de posibilidades. Bethesda se ha especializado en ofrecernos experiencias en primera persona de calidad en esta nueva generación, como demuestran las entregas de Doom y Wolfenstein. Nosotros encantados de que sigan ese camino, el juego realmente tiene muy buena pinta.