Análisis de Yakuza 6: The Song of Life


Versión analizada PlayStation 4. Copia digital proporcionada por KochMedia

Tras dos años de espera respecto a la edición japonesa por fin podemos disfrutar en occidente de la sexta entrega de la saga, que cierra la historia de Kazuma Kiryu.

Aunque Yakuza 6 se puso a la venta en Japón a finales del año de 2016 no ha sido hasta ahora cuando el juego ha llegado a tierras extranjeras, a nuestro territorio, además con un retraso que todavía sigue vigente mientras leéis estas líneas. El juego estaba previsto para el 20 de marzo de 2018 y se retrasó recientemente hasta el 17 de abril, estando el videojuego ya finalizado. Prueba de ello es que algunos usuarios pudieron acceder al juego completo a través de la demo ya retirada de la Store de PlayStation por un error en el código, por lo que el retraso en el lanzamiento no ha sido por problemas técnicos sino más bien por ajustar el calendario de SEGA en occidente.

The Song of Life tiene el honor de ser, hasta el momento, el videojuego de la franquicia con mejor apartado técnico gracias al motor gráfico Dragon Engine, que también utiliza Ryo Ga Gotoku Kiwami 2 y que esperamos poder ver muy pronto por occidente. Ambos son exclusivos de PlayStation 4 al contrario que los juegos anteriores, Yakuza 0 y el remake del primero, Yakuza Kiwami. No hay parones entre el desplazamiento por el escenario y la iluminación es espectacular, todo tiene una recreación muy realista.

La historia de Yakuza 6 continua justo donde se quedó la trama de Yakuza 5, con un Kazuma Kiryu que sale de prisión tras tres años en ella y con la joven Haruka ya mayor de edad. Al llegar Kiryu al orfanato de Okinawa se encuentra con que Haruka ha abandonado el hogar infantil para proteger a los niños de los cotilleos de la prensa por su condición de Idol relacionada con el mundo de la Yakuza. Muy pronto Kazuma descubrirá que en esos tres años en prisión Haruka tuvo un niño y un accidente de tráfico que la ha dejado en coma, todo un culebrón.

Divido en 13 capítulos contando el capítulo final, Yakuza 6 nos abre las puertas de otra gran localización que explorar palmo a palmo, Onomichi, de la prefectura de Hirosima, un ambiente más rural que le da diversidad de escenarios al título. El argumento, como es habitual en la saga Yakuza tiene un gran peso en el desarrollo del videojuego. Viejos y nuevos personajes aparecen en cada capítulo con algunas situaciones que llevan al límite al prejubilado Kiryu, además de una tensión argumental por el posible enfrentamiento entre una nueva organización criminal que gobierna en las sombras de Onomichi. Para ser catalogado como el capítulo final de Kiryu, sin entrar en detalles sobre el final, solamente podemos decir que nos esperábamos algo más de espectacularidad en los últimos minutos de juego. El combate final llega incluso a ser repetitivo, cuando el resto del juego no lo ha sido en ningún momento.

El argumento de Yakuza 6 tiene tanta importancia que se ve reflejado en la forma de jugar con Kazuma, puesto que el buen hombre decidirá hacerse cargo del bebé de Haruka mientras ella permanece hospitalizada. En algunos momentos en los que tienes al pequeño en brazos tienes que realizar un pequeño minijuego para acunar y calmar a la criatura.

Otro de los puntos de la historia que afecta a la jugabilidad es la edad de Kazuma, pues ya no es el joven que era en Yakuza 0, por lo que ahora el personaje es menos agil pero más poderoso y experimentado, con un modo “furia” que se activa con el botón R2 que destroza a los enemigos.