Análisis de Maldita Castilla EX



Versión analizada PS Vita. Copia digital facilitada por Abylight Studios

Locomalito y Gryzor87 reviven la consola portátil de Sony con la versión extendida del heredero de Ghost’n Goblins, Maldita Castilla.

En 2012 Maldita Castilla sorprendió a todo el mundo con su versión de ordenador. Ese sabor añejo, de recreativa ochentera enamoró a los jugadores de cada rincón del mundo, haciendo que en 2016 el título se relanzara en consolas con una versión extendida, Maldita Castilla EX, que ahora vuelve para reanimar a PlayStation Vita.

Maldita Castilla es un arcade clásico, de los de antes de que las consolas fueran un standard en los hogares. Su estética y jugabilidad bebe mucho del mítico Ghost’n Goblins, por lo que la dificultad elevada y su control simple son el núcleo del juego. Todo un desafío de control milimétrico para superar la fase y no perder todas nuestras vidas.

Don Ramiro es el protagonista de este arcade plataformero que alterna entre niveles de desplazamiento lateral con emocionantes combates contra gigantescos jefes finales. No hay habilidades ni sistema de mejora del personaje, Don Ramiro en cada nivel solo puede utilizar las herramientas que va encontrando en pantalla y usarlas de las formas adecuadas para no morir en el intento. Si mueres, tienes esa sensación que pocas veces tienes, de que has muerto por tu culpa y no por un error del juego, aunque hay algunas fases que hacen que te ates la consola PS Vita a la muñeca por si te entran ganas de lanzar la consola por la ventana por la dificultad del momento.

Al contrario que en los juegos recreativos en los que se inspira Maldita Castilla, el juego de Locomalito nos ahorra el tener que introducir las monedas para continuar una vez perdamos todas las vidas. Nuestro historial de jugador se irá actualizando con cada derrota y si compartimos nuestro status… se verá nuestra deshonra.

Maldita Castilla EX, cómo versión extendida añade nuevos finales, escenarios, objetos… que mejoran la duración del título, algo corto pero muy rejugable y divertido de cara a mejorar nuestros tiempos de finalización y ver si somos capaces de superar el juego sin perder una sola vida.
Jugablemente es muy variado, tiene fases de plataformas clásicas por los campos de Castilla, otras estaremos limitados a la superficie de un carro tirado por caballos, de escalar una montaña… entre muchas otras, que hacen que varíe un poco la forma de superar el nivel y no cansar al jugador ofreciendo una experiencia repetitiva, lo que es de agradecer.

En cuanto a cómo es su Versión de PS Vita, púes ya analizamos en su día la versión de Xbox One (que podéis leer en este enlace), que decir, es puro vicio. Las pantallas de carga son cortas y las partidas rápidas, se siente igual o mejor que jugar en una consola de sobremesa, pues con Vita puedes jugar en cualquier parte, además de contar con trofeos.

Don Ramiro se convierte así en el héroe del juego español, la obra de Locomalito es el ejemplo de que los títulos indies españoles pueden ofrecer esa calidad que solo vemos en los pequeños estudios de desarrollo extranjeros, un claro ejemplo del rumbo a seguir en la industria del videojuego español.

Alternativas

Ghost’n Goblins, Maltida Castilla

Dos niveles nuevos. Más temas musicales. El Códice. La jugabilidad. La estética.

El control puede ser un poco duro en ocasiones.

Divertido y muy rejugable. Todo un homenaje para la generación de los Salones Recreativos y del sacacuartos Ghost’n Goblins.

Análisis de Super Hydorah



Analizado en Xbox One. Copia digital proporcionada por Abylight Studios.

No nos pirramos por los juegos retro ni por los clasicazos en los que hay que intuir lo que forman los gráficos. Para nada. Nos gustan los buenos juegos. Los que te atrapan hasta convertir el día en noche. De esos, todos. Otra cosa es que los juegos “de antes” tengan un encanto especial, al fin y al cabo, solemos edulcorar cualquier tiempo pasado de nuestra niñez y solemos guardar grandes recuerdos de truños infumables. Recuperar esas sensaciones, la de los juegos buenos de antes, es muy complicado hoy en día, sobre todo con esa moda de hacer todos los juegos independientes a base de píxeles y estética retro. De ese barco, me bajo. Creo que lo mismo debieron pensar Locomalito y Gryzor87, pero con una salvedad, ellos han demostrado que se pueden hacer grandes videojuegos actuales con la esencia y el armazón de hace treinta años. Ahí está el fantástico

Maldita Castilla EX

que homenajea

Ghost’n Goblins

como si se hubiera parido en nuestra piel de toro. Auténtica deconstrucción del píxel marca España.

Ahora nos llega a Xbox One (suponemos que con la misma restricción temporal que tuvo el juego de Don Ramiro) Super Hydorah, porque si aquél juego fusilaba el planteamiento de la aventua de Sir Arthur, en esta ocasión se hace lo propio con Gradius, la inmortal obra de Konami que nos deslumbró en la placa Konami Bubble System Hardware allá por el año 1985. Estamos ante una versión potenciada de Hydorah, que data ya de 2010 y que se puede adquirir de forma gratuita aquí mismo. Por favor, donad que merece la pena. Decimos, que ahora llega la versión Super, de igual forma que se comercializó la entrega EX de Maldita Castilla, con mucho más contenido que el que venía en el original. Así tenemos 21 fases con selección de ruta que se convierten en 35 sub-niveles con sus respectivos 35 jefes finales, que conforman una impresionante flota espacial gracias a los más de 100 enemigos que encontraremos. A eso sumamos el multijugador coopertativo en local para que nos pasemos el juego entero junto aun amigo y el minijuego “Robot Chase” también para dos jugadores.

Aunque el diseño y la apariencia sea calcada a la de Gradius, Super Hydorah coge elementos de otros mucho “Shoot ‘em up” de la época, de lo mejor de los salones recreativos reunido en un solo juego. El sistema de selección de armas es progresivo, desbloqueamos un nuevo tipo de arma principal, secundaria o especial conforme terminamos niveles, de manera que luego en la partida deberemos conseguir pontenciadores para ampliar nuestro poder destructivo de nuestras dos armas de serie. Además tendremos tres tipos de powerups acumulables para el escudo, la velocidad y el arma especial. Cada nivel tendrá un secreto que tenemos que descubrir, mientras que la puntuación que acumulemos nos servirá para progresar en el sistema de rangos implementado por lo que tendremos juego para rato (casi todos los logros van de encontrar los secretos y de alcanzar cierta cantidad de puntos).

Como principal reclamo tenemos a un clon de Vic Viper (la nave de Gradius), fácilmente reconocible. Los escenarios están llenos de pequeños detalles, al igual que los numerosos enemigos kamikazes que no durarán en seguir sus patrones de movimientos predefinidos si así son capaces de derribarnos. Super Hydorahconsigue ser claro en pantalla sin el abuso y la insidia de los bullet hell que ahora imperan en este ancestral género de matar al marciano. Para los puristas de recreativa de bar con cenicero atestado de colillas, tenemos el modo CRT que aumenta las líneas en pantalla como si de un monitor se tratase. Gryzor87 se encarga de la banda sonora, épicas composiciones sintetizadas que literalmente nos transportan a otra época. Sesenta composiciones tienen la culpa de ello.

Super Hydorah es el brillo de una estrella. Un juego que trasciende del tiempo en el que sale y se convierte en atemporal. Puede que la juventud no valore como se merece esta joya, obsesionados por la racha en el juego bélico de turno o en subir el video de su última creación craftniana. Pero los que peinamos canas, los que pasamos del QAOP SPACE al joystick y de ahí a la cruceta, sabemos que Locomalito es uno de los nuestros. O nosotros uno de los suyos, y que merecerá la pena estar atentos a su siguiente proyecto sea cual sea. Posiblemente porque nosotros sí lo vamos a entender y lo vamos a disfrutar tanto como él se lo va a pasar haciéndolo.

Los niveles y sus secretos. Las armas y las mejoras. Los enemigos finales. Con coop.

Poco que decir, quizás cooperativo en línea, por decir algo.

Enorme. Caer en el encanto de Super Hydorah es descubrir que son las tantas de la madrugada y que mañana vamos a dar cabezadas en la oficina.