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Avance de Pillars of Eternity II: Deadfire
Veinticuatro horas; eso es lo que tardó la comunidad en reunir la cantidad mínima para hacer realidad
Pillars of Eternity 2
el pasado mes de enero. El nuevo proyecto de
Obsidian
, perro viejo en lo que al antaño glorioso género del rol tradicional se refiere, fue acogido rápidamente entre los usuarios debido a la calidad que desprendía la entrega original. Y ahora, el estudio californiano vuelve a la carga con la segunda parte de
Pillars of Eternity
, bautizada con el sobrenombre
Deadfire
, en la que buscará, una vez más, el resurgir del casi extinto rol clásico occidental que en el pasado nos dejó maravillas como
Baldur’s Gate 2
o
Icewind Dale
, sus grandes inspiraciones.
Esta nueva entrega se sitúa un tiempo después de los acontecimientos acaecidos en el primer juego, en los que el Observador -nuestro protagonista- tenía que hacer frente a una conspiración de proporciones inimaginables que amenazaba con destruir el mundo de Eora. Ahora, el despertar de Eothas, el Dios de la Luz, destruye la fortaleza de Caed Nua y rompe el periodo de retiro del héroe, al que se le da por muerto tras la catástrofe. Nada más lejos de la realidad, pues el Observador procede rápidamente a la reunión de sus compañeros y juntos ponen rumbo al Archipiélago de la Llama Extinguida, con el propósito de averiguar las intenciones de la deidad.
Esta nueva región insular será la que constituya la ambientación del título; el grupo surcará los traicioneros mares a bordo de un navío que habrá de adentrarse tanto en las bellezas naturales como en los múltiples peligros ocultos del archipiélago. Pero aún hay más, y es que el ya de por sí rico mundo, al igual que sus gentes y las divinidades mismas, estarán sujetos a los cambios orquestados por las constantes decisiones del jugador, aspecto que ya veíamos en la pasada entrega, y al que los desarrolladores han decidido aportar un mayor protagonismo. Debido a ello, se incluirá la posibilidad de importar partidas guardadas de la primera entrega, añadiendo un plus de continuidad y coherencia a la aventura.
Sin embargo, las elecciones del protagonista no serán el único elemento capaz de alterar la realidad, pues la climatología y la geografía han sido potenciadas, y tendrán un papel capital en lo que a interacción con el mundo se refiere; estandartes que se estremecen con los vientos tempestuosos, aldeanos buscando refugio de las lluvias torrenciales… son sólo muestras de la dedicación que ha puesto Obsidian en mejorar la sensación de inmersión y realismo. Además, los efectos climáticos y las características del terreno también incidirán directamente en la jugabilidad, dificultando el movimiento o aumentando el daño de determinados ataques según las circunstancias, dándole gran importancia a la adaptación a la situación.
Adentrándonos en el ámbito jugable, Pillars of Eternity II: Deadfire es un juego de rol que recoge algunos de los elementos claves que hicieron grande a su antecesor; sistema de combate en tiempo real con perspectiva isométrica, basado en las fortalezas y debilidades tanto de las distintas clases como de las razas, y con una marcada vertiente táctica. A ello se suma una mayor importancia de la exploración, que corre a cargo del ya mencionado navío -que también hará las veces de base de operaciones- del que dispondrá nuestro grupo, y una narrativa cuidada y exquisita, en la que nuestros compañeros y sus relaciones tendrán gran relevancia. Algo que ya podíamos ver en Tyranny, la obra más reciente del estudio.