Análisis de Yakuza 0

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Versión analizada PC. Copia digital proporcionada por Cosmocover.

Seamos honestos:

Yakuza

, es, sin lugar a dudas, uno de los mejores ejemplos a la hora de señalar las disparidades entre los mercados del entretenimiento de Japón y los de Occidente, algo que se refleja con total diafanidad en las estadísticas de ventas y en la reputación de la franquicia. Aclamada en las tierras del sol naciente, y un tanto desapercibida en nuestro viejo y bello continente, la fantástica serie de Sega disfruta de una merecidísima longevidad y buena salud; seis entregas principales, dos relanzamientos -conocidos bajo el sobrenombre

Kiwami

– y un gran número de

spin-offs

, entre los que se encuentra aquel extravagante y atractivo experimento que nos situaba en el Japón feudal, y que tristemente jamás llegó a abandonar las tierras asiáticas.

La entrega que hoy nos ocupa, Yakuza 0, funciona como una precuela al argumento que se desarrolla en toda la serie y, además, presenta los orígenes y motivaciones iniciales de dos de los grandes representantes de este desmesurado y encorsetado hampa japonés virtual: Kazuma Kiryu, protagonista de buena parte de la historia, y Goro Majima, los cuales andan liados haciendo sus cosas inmorales y delictivas allá por 1988. El primero se nos presenta como un mafioso leal, hierático y chapado a la antigua, mientras que el segundo es un hábil y calculador hombre que dirige un popular cabaret de Osaka para redimirse con sus jefes y volver por la puerta grande a la vida criminal. Nadie dijo que prosperar en estos imperios de neones y trajes de lujo fuera sencillo.

En cualquier caso, la acción, cuyo compás guarda similitudes con el cine negro, se desata después de que Kiryu es incriminado por un asesinato que no cometió, surgiendo así toda una maraña de traiciones y luchas de poder que giran en torno a la posesión de una pequeña parcela de terreno en medio de Kamurocho, ciudad ficticia inspirada en el distrito Kabukicho de Tokio, indispensable tanto para los planes de la yakuza como para los de una misteriosa y omnipotente compañía que parece tener ojos y oídos hasta en el más recóndito de los callejones.

Como ya decíamos anteriormente, esta historia de ambiciones y líos mafiosos es el plato principal de toda la propuesta de

Yakuza 0

, aunque puede quedarse en segundo plano debido a la gran cantidad de violencia y diversión que brindan esos asombrosos enfrentamientos de Kiryu y Majima contra toda clase de gentuza de la época: matones, borrachos, mafiosos, hombres de negro… Lo cierto es que todo el planeta parece que tiene cuentas que ajustar con los personajes principales, algo que no deja de ser un pretexto para lucir un adictivo sistema de combate basado en diversos estilos y combos -con los clásicos ataques rápidos, fuertes y agarres-, susceptibles a ser mejorados a cambio de dinero. En general, cada uno de los protagonistas posee tres formas de pelea, las cuales están lo suficientemente bien integradas como para justificar su uso en determinadas situaciones; sí que es cierto, por otro lado, que las habilidades de Kiryu interactúan más con el escenario, ya sea cogiendo elementos del mismo para atacar a sus rivales o en forma de remates contra paredes, coches, etc., mientras que las de Majima son espectaculares por su crueldad, precisión y el uso de bates.

En cuanto al apartado audiovisual, aspecto central de todo port a ordenador que se precie, no podemos sino destacar el buen acabado general; recorrer las calles de Tokio haciendo misiones secundarias y disfrutando de los minijuegos es un gustazo, especialmente en el maremágnum de luces que son las noches metropolitanas. La versión de PC destaca por su suavidad y notable factura, aunque algunas opciones secundarias pueden comprometer la tasa de imagénes por segundo más de lo deseado; a pesar de todo, y aunque gráficamente hablando no es un portento de puro músculo, Yakuza 0 cumple y sorprende por méritos propios, algo que se vuelve verdaderamente ostensible una vez se contempla en movimiento. La actuación de voz, en completo japonés -única opción-, es sobresaliente; la música, por su parte, cumple en todo momento y consigue resaltar el valor dramático o furioso de determinadas escenas, si bien nunca termina de brillar del todo.

Conclusiones.

Yakuza 0, tanto como precuela de la franquicia como adaptación a la versión de ordenador, tiene muchas más virtudes que defectos. La ambientación, la historia, el guion y el sistema de combate se reafirman como auténticas insignias de su cautivadora propuesta jugable, aunque es innegable que introduce algunas secuencias y motivos que casan más con la ideología japonesa que con la occidental, por lo que puede volverse un tanto extravagante a nuestros ojos extranjeros. “Japonesadas”, dirían las malas lenguas; eso no es óbice, en ningún caso, para que el jugador disfrute de su puesta en escena y de su ritmo. En definitiva, todas las historias tienen que empezar por algún sitio, y después de adentrarte en las intrigas del Japón de los años ochenta no podrás sino esperar al lanzamiento en Steam de las siguientes entregas de la serie principal.

Alternativas

Otros juegos de la franquicia. Sleeping Dogs, GTA, etc., pueden tener elementos similares pero son sandbox.

La historia. El sistema de combate. Gran cantidad y calidad de minijuegos. Por fin en ordenador.

No está siquiera traducido al español. A veces abusa de los combates y de las situaciones extrañas.

Yakuza 0 cautiva y sorprende como un notable prólogo de una icónica franquicia japonesa, pero puede resultar un tanto extravagante en ocasiones.

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Análisis de
Yakuza 0