Análisis de Torment: Tides of Numenera
Versión analizada en Xbox One. Copia digital proporcionada por Koch Media.
Brian Fargo, quién fue uno de los fundadores de Interplay, tomó una gran decisión cuando levantó inXile para crear aventuras con total independencia. Lo que parecía que iban a ser solo juegos destinados para un publico muy selecto de PC, de rol de la vieja escuela, se ha demostrado que la demanda supera a las expectativas. La financiación de sus mega-proyectos se consigue (y supera) en tiempo récord, hay buenas ventas y son adaptados para las consolas. En el caso de Torment: Tides of Numenera se trata de un lanzamiento multi en PC, Mac, Linux, PlayStation 4 y Xbox One desde el primer día, además de tener el merecido título de Proyecto con mayor recaudación de Kickstarter, puesto que reunió la cantidad inicial a las seis horas. Si no fuera suficiente, a día de hoy se sigue recibiendo donaciones en su pagina web. Basado en el juego de tablero diseñado por Monte Cook, se trata del sucesor espiritual de Planescape: Torment al estar relacionado con su mundo y sus mecánicas jugables. Mundos de ciencia ficción fusionados con la fantasía donde se habla tanto de tecnología imposible que funciona con magia, con sacerdotes arcanos y cyborgs, dioses y científicos, y que además los diálogos, toma de decisiones y combates son fundamentales.
El Noveno Mundo es nuestra Tierra en un futuro indeterminado, un lugar extraño, una sociedad tecnológica-medieval que se sustenta con los restos de civilizaciones anteriores caídas en desgracia y en el olvido. Ocho grandes eras de las que poco se conoce. Su único legado son los numenera, peculiares objetos con valor antropológico como comercial, o como peligros. En un mundo tan complejo y cohesionado por los restos cifrados del pasado también hay lugar para la magia y los seres sobrenaturales. Uno de los más amados y temidos es el Dios Cambiante, una… ¿Criatura?¿Humano?¿Ente? que burla a la muerte y finitud de la carne a lo largo de los siglos al adoptar millones de formas distintas para mantenerse siempre vivo. Crea cuerpos en su laboratorio, introduce su alma y esencia a través de una ranura de sus cabezas, y los utiliza el tiempo que considere oportuno, hasta que se cansa de ellos, se rompen o se quedan caducos. La cuestión es que una vez libres esos cuerpos adoptan vida e identidad propias, desorientados y con consciencia recién estrenada.
Son los Desechos. Sin pasado, sin conocimientos del mundo y azotados con retazos infinitos de recuerdos de todos los cuerpos anteriores del Dios Cambiante. Por si no fuera suficiente, una ente conocida como La Agonía persigue y devora a esos desechos. Es antigua como la propia existencia y ha despertado ante la alteración del ciclo vital artificial del Dios Cambiante. Su deber es acabar con él y con sus Desechos para restablecer el orden universal. Así que aquí estamos, somos el Último Desecho y forjaremos nuestra identidad a lo largo de nuestros viajes del Noveno Mundo. Buscaremos nuestra identidad, conoceremos aliados (auténticos o por interés), enemigos, seres de tierras lejanas, y nuestros actos libres condicionarán todo lo demás. ¿Una simple vida es importante?
Una aventura narrativa con todas sus letras
Esta aventura está dirigido para quienes disfruten leyendo…mucho. La narrativa es esencial porque es el ingrediente principal, que describe a los personajes, los sucesos, los escenarios y los pensamientos. Además de los mencionados diálogos y toma de decisiones, que cambian literalmente el curso de los acontecimientos. Al contrario que muchos juegos japoneses cuyos diálogos son redundantes, vacuos y cansinos, no nos cansaremos de leer durante horas gracias a su cuidado estilo literario y la importancia e interés de sus pasajes. Hasta la conversación más trivial resulta fascinante para descubrir los entresijos del Noveno Mundo. Todo está traducido al español de manera excelente y cuidada, sin erratas, ni uso de traductores automáticos y sin frases en otros idiomas. Es cierto que la traducción es en español latinoamericano pero no debemos preocuparnos porque no tiene “calidad Telltale”, dado que es bastante neutro y universal, apto para todos los hispanoparlantes. Quizá nos extrañe algunas palabras concretas pero no es ningún inconveniente.
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