Análisis de Thronebreaker: The Witcher Tales

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Versión digital proporcionada por CDProjekt Red, para la plataforma GOG.com

CDProjekt Red, la desarrolladora polaca encargada de trasladar la serie de libros The Witcher al mundo del videojuego, vuelve a hacer uso de esta licencia llena de fantasía, en donde la ley del más fuerte cobra cada vez más sentido. En esta ocasión dejando de lado al bueno de Gerald y tomando el control de Meve, la veterana reina de Lyria y Rivia. Un inesperado ataque del ejército de Nilfgaard pone en jaque a la reina y da comienzo una guerra, situación que pone en marcha esta nueva historia plagada de giros inesperados.

Si por algo se han caracterizado los videojuegos relacionados con The Witcher es por tener una narrativa envidiable. Claro está que ayuda mucho el universo creado por el escritor Andrzej Sapkowski, aunque no hay que quitarle méritos al gran equipo creativo que forma parte del estudio polaco. El caso es que Thronebreaker no se queda atrás en este aspecto, metiéndonos de lleno en la historia desde el primer minuto y dejando ese hilo de interés que hace que siempre queramos avanzar y conocer cada vez más sobre los hechos que van aconteciendo. No es imprescindible haber jugado a ningún juego anterior, y tampoco es necesario habernos leído ningún libro o cómic de la serie, de hecho es totalmente disfrutable sin saber ni un ápice del mundo que rodea a The Witcher. No obstante, sí lo vamos a disfrutar más apreciando la infinidad de guiños, detalles y narraciones con referencias constantes al resto de creaciones anteriores.

El juego nos sitúa en un escenario con vista cenital por el que tenemos que ir avanzando. Hay múltiples objetos que recolectar, tesoros que encontrar y decenas de misiones secundarias a completar, además de por supuesto la historia principal. El mapa es bastante extenso y podemos realizar una vista general del mismo en cualquier momento, para situarnos nosotros y para poder localizar los diferentes objetivos que están disponibles. A estas alturas, seguramente os preguntaréis que dónde entra en escena Gwent, el juego de cartas del que tanto se ha hablado. Pues bien, es la forma con la que resuelven las batallas que van teniendo lugar, ya sea contra monstruos, el ejército Nilfgaardiano o cualquier otro enemigo que se precie.

La forma en la que se presenta varía un poco con respecto al online y al juego original de The Witcher 3. Se nos presenta un tablero con dos líneas de acción para cada jugador sobre las que vamos colocando nuestras cartas. Gana el que consiga mejor puntuación de la ronda, y gana la batalla el mejor de tres rondas. También nos podemos encontrar situaciones en las que nos plantean un puzle en forma de partida de cartas en la que la victoria o derrota se juega a una sola ronda. Su resolución se debe de conseguir de una forma determinada acorde a la reglas que nos proponen en cada momento. Le da un toque muy interesante de variedad, sobre todo porque las batallas clásicas pueden resultar un pelín monótonas, debido a la lenta evolución de nuestro mazo, quizás el único punto negativo del juego. ¿Cómo evolucionamos el mazo de cartas que poseemos? Pues reuniendo recursos que utilizamos cuando ejecutamos la opción de acampar. Una vez dentro de este sistema, podemos mejorar nuestro ejército (cartas), ampliarlo, confeccionarlo… todo depende de lo evolucionados que estemos en la historia, los recursos que hayamos recolectado y las batallas que hayamos librado. En este aspecto en concreto es muy similar a lo ya visto en The Banner Saga.

El punto de rol nos lo da la resolución que le demos a los conflictos. En muchos momentos de la narrativa de la historia, la cual nos muestran en forma de viñetas, tendremos que tomar decisiones eligiendo entre diferentes alternativas que nos proponen. Lo curioso es que normalmente no hay una opción claramente buena y otra mala, ha sido tan bien diseñado que ambas pueden ser perfectamente válidas dependiendo de como nos planteemos el conflicto a resolver. Es importante tomar la decisión que creamos más adecuada, porque tienen una repercusión directa en los acontecimientos que más tarde se vayan sucediendo en la historia principal. De hecho, hay hasta 20 finales diferentes, a los que llegaremos en función a nuestras decisiones.

Más de 30 horas de juego, una historia muy trabajada en la que tomar decisiones que pueden variar su desarrollo, más de 75 misiones secundarias, un mundo inmenso que explorar y unas batallas de cartas basadas en Gwent que resultan muy entretenidas. Eso es lo que se nos pone sobre la mesa con Thronebreaker: The Witcher Tales. Un juego que mezcla rol, fantasía, una narrativa espectacular y el aclamado juego de cartas que viene a complementar al que ya existía y que era exclusivamente online. Si a eso le añadimos que CDProjekt Red ha hecho el esfuerzo de no solo traducir, sino también doblarlo de forma magistral a 11 idiomas (entre los que se encuentra el castellano), convierte el resultado final en poco menos que perfecto. Totalmente recomendable para todo fan de la serie, y un gran juego que aporta creatividad, variedad y una buena historia. Por cierto, de momento solo está disponible en PC bajo la plataforma GOG.com en exclusiva, pero el próximo 4 de diciembre también estará disponible en PlayStation 4 y Xbox One.

Su excelente narrativa que nos mete de lleno en una buena historia

Progresión lenta en nuestro mazo de cartas

Una nueva vuelta de tuerca a la forma de jugar y ver el mundo de The Witcher

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