Análisis de The World Ends With You -Final Remix-

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Versión analizada Nintendo Switch. Copia digital proporcionada por Nintendo.

Desde que se anunció en Nintendo DS, The World Ends With You ha dado de hablar. Porque ese juego de Square-Enix con un nombre más propio de una película de James Bond de la era Brosnan atraía desde su anuncio. Sería por esa estética urbano-japonesa tan Shibuya, por esos diseños coloridos y especialmente famélicos de Nomura o directamente por ser el nuevo juego de Jupiter después de su Kingdom Hearts: Chain of Memories. Y claro, título de culto de la portátil de Nintendo. Aquí cuajó, pero llegó solamente en inglés y buena parte de los usuarios no le dieron la oportunidad que se merecía. De todo eso han pasado ya diez años. Luego llegaría la Solo Remix para smartphones de la mano de h.a.n.d., pero hemos tenido que esperar hasta el último trimestre de este 2018 para disfrutar de la que aseguran es la versión Final Remix en la popular Nintendo Switch.

Nuestro protagonista principal es Neku, un joven japonés enganchado a la gomina y fusionado a unos enormes auriculares morados con los que se evade del mundo que le rodea. Hasta ahora. Porque ahora se ha despertado en medio de una concurrida calle del centro, sin recordar nada y con un inquietante mensaje de texto en su teléfono: deberá terminar una serie de retorcidas misiones o dejará de existir al término de siete días. Al poco descubrirá que es víctima del juego de los Segadores, seres caprichosos que utilizar a las personas como peones de sus estrafalarios juegos. En medio de este papelón se asociará con Shiki, otra jugadora atrapada en esta locura con la que descubrirá el uso de los “pins” como desencadenante de los psicopoderes, la interacción con otros jugadores o la posibilidad de escanear el entorno y las mentes de los viandantes. En cada misión comenzará con una cuenta atrás en la palma de sus manos, por lo que tendrán que recorrer los distritos de la ciudad mientras superan estos envites y se enfrentan al “ruido”, unas extrañas criaturas que no pueden ver las personas normales. De esta manera, entre misiones y luchas, se desarrollará la trama con las conversaciones de nuestros protagonistas, con Neku en el centro de acontecimientos y un hermetismo hacia los demás que rivaliza con el del sosainas de Squall Leonhart.

Así, en líneas generales, esta versión final se sustenta en cuatro patas para encandilar al usuario de la híbrida de Nintendo, de las cuales, solamente encontramos que una de ellas cojea. La primera de ellas es el propio juego, porque The World Ends With You es de los títulos más innovadores, atrevidos y divertidos que ha parido Square-Enix en toda su dilatada trayectoria. Su mecánica de juego principal es rápida y sencilla en cuanto a su ejecución, pero se complica exponencialmente conforme queremos complicarnos la vida a la hora planificar la mejor combinación de “pins” (los desencadenantes de los psicopoderes y las habilidades de los protagonistas) de cara a los enfrentamientos. La segunda pata sería el lustroso lavado de cara, heredado directamente sobre el realizado en su día para las versiones de iOS y Android. La mayor definición le sienta de lujo a los personajes protagonistas, a las ilustraciones de ellos en los diálogos y a los fondos, pero se nota que se han difuminado los píxeles cuando prestamos atención a los secundarios que pululan por las calles japonesas. En cuanto a la fantástica banda sonora, nos dejan elegir entre la original y la remezclada, por lo que no podemos poner pega alguna en este aspecto. El tercer punto en el que sustenta esta Final Remix de TWEWY es que llega traducido a nuestro idioma, por lo que podremos seguir los desvaríos de Neku y su pandilla mientras le bailan el agua a los Segadores durante los siete días que dura esta competición a muerte. Muchas expresiones coloquiales y mucha jerga perfectamente adaptada a nuestra piel de toro, pero que dudamos mucho encajase con la forma de hablar de un quinceañero tokiota.

Como anticipamos, la cuarta pata es la que provoca la inestabilidad, la que afecta al conjunto y provoca que una mesa termine por cojear. Hablamos del control. El juego original estaba diseñado para una Nintendo DS, sobre todo para aprovechar al máximo la superficie de sus dos pantallas y la precisión que proporcionaba el Stylus a la hora de realizar las acciones y los movimientos. Sabedores de estas restricciones, han decidido incluir dos formas diferentes de manejo, utilizar la pantalla táctil de la consola (sin poderla conectar a la televisión lógicamente) o emplear la versatilidad de los Joy-Cons para que funcionen como un puntero (tanto en el modo dock como en el portátil). Dos buenas ideas medias a menos en la práctica por la propia naturaleza del juego. Cuando jugamos en el modo táctil, llegará un momento en el que las acciones queden superpuestas, por decirlo claramente, nos estorbaremos a nosotros mismos. Esto ocurre por el rediseño realizado para que todo encaje en una sola pantalla y porque el juego gana en posibilidades al acumular más y más “pins”. La opción del puntero, conlleva lidiar con la velocidad del puntero (configurable) y la pérdida de referencia al encadenar acciones (un botón del mando resetea la posición del punto de mira para que aparezca en el centro de la pantalla). Al menos han tenido la brillante idea de dejar un botón para indicar que nos movemos y otro para desencadenar el poder del “pin” seleccionado. Recomendamos jugar con el Joy-Con derecho por defecto (si no somos zurdos), resulta mucho más sencillo e intuitivo.

Entre otras cosas, tenemos el modo cooperativo para que un segundo jugador se una a la aventura en la parte de los combates (la mejor y más importante parte) con un segundo mando de control, de igual forma que se han reclasificado los “pins” para que el juego resulte un poco más equilibrado y se ha añadido un capítulo adicional que no aparecía ni en la versión de Nintendo DS ni en la desarrollada para móviles. En definitiva, han intentado adaptar un juego pensado exclusivamente para un sistema muy característicos, y se han quedado flecos imposibles de salvar, como lo que mencionamos del manejo. Pero como a todo se acostumbra uno después de varias horas de juego, especialmente si nos compensa gracias a unas prestaciones tan llamativas como la posibilidad de jugar con un amigo, el lavado gráfico realizado, nuevo contenido exclusivo y la impagable localización a nuestro idioma (una vez más, gracias Nintendo). Si en su día lo dejaste pasar, las excusas ya pierden validez, porque salvo lo hablado ya del control, poco podemos reprocharle. Original, divertido y con un flow de los que dejan huellan.

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The World Ends With You -Final Remix-