Análisis de The Vanishing of Ethan Carter

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Versión analizada Xbox One X. Copia digital proporcionada por Terminal.io

Dentro de los walking simulators hay de todo. Desde aventuras redondas a juegos con giros más previsibles que el guión de un reality de Cuatro. De lo que no tenemos en duda es que se trata de un género en auge, ideal para que un título independiente muestre su buen hacer ya que normalmente encontramos títulos pasilleros que proponen una puesta en escena llamativa en cuanto a estética se refiere. El problema, es que ya hay muchos y la mayoría apuestan por el terror o lo sobrenatural. Uno de estos juegos que podemos catalogar de “redondos” por la aceptación de crítica y público es The Vanishing of Ethan Carter, título que apareció en PC hace más de tres años y que llamó la atención a todos los poseedores de PlayStation 4 por su belleza y por su historia. Ahora el juego se estrena en la consola de Microsoft con un aprovechamiento extraordinario de Xbox One X y un nuevo modo libre para que podamos deambular por los escenarios sin las restricciones de la partida inicial. Los encargados del desarrollo son The Astronauts, un pequeño estudio polaco que cuenta en su plantilla con varios miembros de People Can Fly, hace anunciaron su nuevo título, Witchfire, que promete mucha más acción como segunda propuesta (por lo menos parece un cruce entre Painkiller y Dark Souls por lo que estaremos muy atentos).

En The Vanishing of Ethan Carter encarnamos a Paul Prospero, un investigador paranormal que decide visitar la región de Red Creek Valley en Wisconsin, gracias a la carta enviada por el pequeño Ethan Carter de doce años de edad y la cantidad de situaciones extrañas que ha asolado la pequeña comunidad minera. Sobra decir que una de las patas en las que se sustenta el encanto del juego es en su historia, por lo que destripar aquí los hechos está fuera de lugar. Solamente diremos que se trata de una zona muy peculiar, llena de misterios, secretos y asesinatos. En este sentido, la trama se cuenta con pinceladas, siempre nos dan la información justa para que nosotros nos imaginemos los hechos. De hecho, gran parte de la jugabilidad del título trata sobre eso mismo. Durante nuestras pesquisas encontraremos zonas en las que ha ocurrido “algo”, veremos unos indicios, un cadáver, unos objetos… una vez que los hayamos detectado todos ellos la pantalla se coloreará con un fantasmagórico filtro azul en el que deberemos ordenar los hechos por orden cronológico, según como creemos que han sucedido los acontecimientos. Encontrar esas “historias” y darles un orden será la finalidad del juego, pero también tendremos eventos secundarios que enriquecen la región y que no son necesarios para descubrir el desenlace final.

Ya, hay muchos juegos de este palo. Que si Dear Esther, Gone Home, Layers of Fear… pero The Vanishing of Ethan Carter se sustenta en el argumento (como hemos dicho ya) y en la exploración de sus bellísimos escenarios. Porque tan importante es resolver los eventos fantasmagóricos e hilar los acontecimientos, como pasear por sus impresionantes escenarios naturales. En cierta forma, este juego nos ha recordado al clásico Myst, por su esencia fotorrealista (aquí realizada con píxeles y polígonos) y por la naturaleza de sus puzles. Puede parecer que Red Creek Valley es un enorme escenario abierto en el que resulta fácilmente perderse, pero al poco tiempo descubriremos que todo están muy bien acotado para que no nos perdamos de nuestro camino. Eso sí, aventurarse a investigar zonas poco claras suele tener su premio en forma de acontecimiento y eventos especiales. Avisados estáis.

El apartado gráfico es sobresaliente, sobre todo por su diseño y estética. Cada pantalla es una postal que nos encantaría enviar a un ser querido, pero lo mejor es que la planificación del mapa es brillante y podremos ver desde una zona elevada los lugares que ya hemos visitado, lo que aporta empaque y credibilidad a la puesta en escena. Los personajes “humanos”, más bien su ectoplásmicas recreaciones, resultan mucho más simples que el escenario. Por momentos rompen ese bello clima de tranquilidad naturalista en la que nos sumerge casi sin darnos cuenta. La banda sonora nos acompaña como un amigo de viajes, incluso nos pondrá intranquilos casi sin darnos cuenta cuando sube su ritmo. Composiciones de calidad que no molestan en absoluto. Las voces están en inglés y polaco, pero hemos encontrado un problema con los subtítulos… no aparecen. Sabemos que existen, porque los hay en PC y PS4, pero por algún motivo al activarlo en el menú de opciones no aparecen en pantalla. Nosotros hemos terminado el juego sin ellos (sale oficialmente hoy a la venta) y no hemos tenido problema, estamos seguros que se trata de un fallito de programación y que sacarán un parche de inmediato.

The Vanishing of Ethan Carter llega a Xbox One X con prestaciones mejoradas, como la posibilidad de desbloquear la tasa de imágenes por segundo (fijada inicialmente en 30) o la de aumentar la resolución hasta los 1440p o los 2160p. Lo bueno de esta consola es que veremos la mejora gráfica aunque nuestra televisión sea 1080p, de verdad que la diferencia es destacable en este caso. La calidad de las texturas y el detalle es increíble, sobre todo si tenemos en cuenta el tiempo que tiene ya el juego. En definitiva, uno de los mejores walking simulators que hay y uno de los que ofrecen más exploración dentro de este género, todo ello junto a una historia que crece según avanzamos y que consigue atraparnos hasta su conclusión. Eso sí, esperamos que corrijan el tema de los subtítulos cuanto antes, resulta la mar de molesto.

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The Vanishing of Ethan Carter