Análisis de The Crew 2

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Copia digital para PC proporcionada por Ubisoft España.

Ivory Tower, el estudio de Ubisoft encargado de la franquicia The Crew, vuelve a la carga con una segunda entrega que sin duda mejora y supera a su antecesor, pero que aún necesita ciertos retoques para llegar a la excelencia. The Crew 2 es un arcade de conducción que nos sitúa en un mundo abierto en los EEUU, donde tendremos que labrarnos una reputación como piloto en diferentes disciplinas, así como triunfar en algo tan de moda como las redes sociales. Conseguir seguidores de una ficticia red social se convierte en un objetivo tan determinante como el ganar carreras, de hecho van unidas de la mano durante todo el desarrollo del juego.

Un factor determinante en un juego de conducción es el control, el modo con el que han querido trasmitirnos su idea de pilotaje. En este caso nos encontramos ante título arcade, lo que no es sinónimo de fácil de ninguna de las formas, simplemente es un enfoque más desenfadado y menos exigente en cuanto al apartado más técnico. Si nos centramos únicamente en los coches, realmente se nota diferencia en el control dependiendo del terreno en el que circule el vehículo, ni que decir tiene que dependiendo del coche que pilotemos la experiencia de conducción varía. Por ponernos un ejemplo, si vamos con un superdeportivo por una carretera asfaltada, y queremos atajar por campo através con él para atajar, con toda seguridad perderemos el control, la velocidad no será tan puntera y lo más seguro es que el atajo nos salga excesivamente caro. Por el contrario, con un todoterreno podemos saltarnos cualquier limitación (no acuática) y disfrutar de una conducción más libre, pero inevitablemente más lenta, por las características propias de este tipo de vehículos. Las motos, aunque divertidas, sí que tienen un control menos depurado, sin llegar a como se controlan por ejemplo en Grand Theft Auto, pero de manera bastante semejante.

Mención aparte merecen los aviones y las lanchas acuáticas. No os vamos a engañar, la verdadera miga de The Crew 2 se encuentra en los vehículos terrestres. Los aviones, o más bien avionetas, se reducen a poco más que hacer acrobacias, y en el caso del medio acuático las podemos dividir en dos partes. Por un lado las lanchas rápidas que carecen de mucha emoción y que nos servirán para disfrutar del paisaje desde otra perspectiva, y las llamadas Jet Spint, mucho más nerviosas con pruebas exigentes y con más emoción. Si lo vemos desde cierta perspectiva, la inclusión de los vehículos aéreos y acuáticos son una especie de desahogo, una variedad que nos aleja un poco de las frenéticas carreras a cuatro ruedas, pero aún están lejos de transmitirnos las sensaciones de las pruebas con coches, les falta un largo recorrido, pero están encauzados por el buen camino. Resulta curioso, es como si estos dos casos adicionales se encontraran a medio hacer, esperando quizás a una futura actualización o mejora que los termine por potenciar.

Para enlazar todas las competiciones, Ivory Tower nos sumerge en la típica historia por convertirnos en el mejor piloto del país, aderezada con las redes sociales como principal reclamo. Reconocemos que lo principal en este tipo de juegos es la diversión de las carreras y el espectáculo visual que estas generan, pero resultaría de agradecer un poco de originalidad a la hora de confeccionar la historia, que suele caer en saco roto al carecer totalmente de interés. Dejando atrás este resquicio, las competiciones por tierra, agua y aire se reparten por todo el territorio estadounidense, en nuestra mano está el llegar a ellas por nuestros propios medios o utilizando un viaje rápido que nos traslada directamente al comienzo de cada una de ellas.

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The Crew 2