Análisis de Fortnite
Analizado en Xbox One. Copia promocional proporcionada por Koch Media.
Lo de
Fornite
da para telenovela. Se anunció en el lejano 2011 durante el Spike Video Game Awards de ese año. Salió Cliff Bleszinski, el rubiales de
Gears of War
, y anunció a bombo y platillo el nuevo juego de Epic Games. Con el brillante estudio polaco People Can Fly cooperando en el desarrollo. Resultó que el juego se anunció antes de empezar a desarrollarse, cuando era solo un concepto. Y por fin llegó el día de su puesta de largo, a finales de julio, sin Cliff en Epic Games y con People Can Fly de nuevo como estudio independiente. Han pasado muchas cosas entre medias, pero
Fortnite
ya es una realidad… por lo menos en lo que se conoce como “acceso anticipado”. De esto tenemos que hablar largo y tendido, porque el juego puede llevar a confusión.
A ver, ahora mismo es un “early access” o un “game preview”… llamado como queráis pero nada más arrancar el juego pone en grande lo de “beta cerrada”. Lo que pasa es que se puede adquirir un “paquete del fundador” que permite acceder al título ahora, además de una serie de personajes, armas y consumibles. En función la cantidad de estos recursos, el “paquete” tendrá un precio u otro. ¿Y eso? Pues veréis, el juego será free-to-play en 2018, de forma que si ahora mismo queremos jugar deberemos pasar por caja para convertirnos en “fundadores” adquiriendo uno de esos paquetes mediante las tiendas de descarga de las plataformas en la que se distribuye o mediante el formato físico, de forma que el disco será la llave que nos dará acceso al juego (como si fuera FTP) mientras que los códigos que se incluyen dentro de la caja serán los recursos que potenciarán nuestra cuenta. Espero que haya quedado bien explicado porque puede resulta peliagudo a poco que no estemos atentos.
Fortnite es un juego cooperativo en línea en tercera persona, uno que fusiona los zombis y el crafteo. Y llegó la Tormenta. Virulenta, mortal y muy violeta. La Tormenta se llevó por delante al 98% de la población mundial junto a oleadas de monstruos que destruyeron todo a su paso. Nosotros conseguimos llegar a un bunker, en el que unos simpáticos robotitos nos ponen al día de lo ocurrido y que ellos estaban programados para impedir esta catástrofe. A pesar de su ineptitud, se ofrecen a empecer un plan B de contingencia, uno en el que no coloca a nosotros como comandantes de los supervivientes para rescatar a los pocos que queden perdidos y para frenar los estragos de la Tormenta con cachivaches capaces de contener a los muertos vivientes que arramplan con todo a su paso. No hace falta que empecemos a enumerar juegos que nos recuerden a Fornite, basta con decir que es un cruce entre Orcs Must Die! y Minecraft con escenarios que se crear de forma aleatoria, ingente cantidad de Loot (nos encanta que nos lo presenten dentro de piñatas) y misiones PVE (Player Versus Environment) llenas de tareas secundarias que podremos completar en solitario, con amigos o con completos desconocidos que se nos unan.
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