Análisis de Farming Simulator 19

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Versión analizada Xbox One X. Copia digital proporcionada por Koch Media.

Ya sabemos que hoy en día hay videojuegos de casi todo, desde conductor de autobuses hasta

cowboy

de rodeo. Hemos llevado mercancías peligrosas por lugares embarrados y hemos regentado desde hospitales hasta parques de atracciones. De todo. Pues bien, uno de estos géneros realistas que más aceptación tiene es el de granjero. Sí, a pesar de los esfuerzos de Carlos Lozano para que le cojamos tirria, el arte de cultivar la tierra se posiciona entre los primeros puestos dentro del mundillo videojueguil. Desde hace tiempo tenemos juegos más coloridos y

kawaii

, del palo de

Harvest Moon

y derivados, pero en GIANTS Software se toman estas cosas muy en serio. Tan en serio como para lanzar cada año su simulador de granjero como si de un

FIFA

o un

NBA2K

se tratase, con el año al final de nombre como mandan los cánones. Así, toca hablar de

Farming Simulator 19

, el

Skyrim

de la labranza, el

Red Dead Redemption

del regadío y la recolección. Y como veréis a continuación, no estamos de broma.

El juego nos pone en la piel de un granjero al uso. Un granjero que debe optimizar sus recursos para conseguir el máximo beneficio de su cosecha. Hasta aquí nada raro. Lo curioso de verdad es cuando nos plantean un escenario abierto para movernos a nuestras anchas. Para que nos entendamos, tiene más en común con un juego de Bethesda que con un juego de estos en los que debemos administrar recursos. Podemos andar, saltar y agacharnos por nuestros dominios y alrededores… además de entrar en vehículos como si de un Grand Theft Auto se tratase. Pero claro, lo que tendremos a nuestra disposición son más de trescientos monstruos de metal, herramientas agrícolas que cuentan con infinidad de detalles que podremos manejar con el mando de control, como bajar y subir el arado para llegar hasta la zona a cultivar o dejar abierta la tapa de la sembradora una vez la llenemos con la materia prima que vamos a dejar en los surcos de tierra. Tractores, cosechadoras y desbrozadoras de marcas muy conocidas como Challenger, Massey Ferguson o Valtra… con la gran novedad de John Deere como principal fichaje de esta edición.

La buena noticia es que el juego ofrece un tutorial para que entremos en calor. Hay mucho que aprender, muchos detallitos que deberemos asimilar poco a poco. En principio, las tres bases del juego pasan por labrar, sembrar y cosechar. El que piense que con eso tiene suficiente va apañao, deberemos hacer los deberes con el escaldador y el pulverizador para evitar que las malas hierbas se multipliquen en nuestros dominios. Luego ya entran en juego otros aspectos como abonar nuestros cultivos para potenciar el resultado final de la cosecha. A partir de aquí, tocará vender para invertir en nuestro territorio, siempre con la premisa de conseguir que nuestro equipamiento sea un poco más funcional sin dejar de ver nuevas adquisiciones a medio plazo. Pero la granja no solo es arar, recolectar y transportar la mercancía, también tenemos que hablar de la ganadería. Ya habíamos visto cerdos, vacas, ovejas y gallinas en entregas anteriores, cada una con sus particularidades y necesidades para que nos decantemos por unos o por otros según lo que demande el mercado. Como novedad, encontramos como novedad los caballos. Y no, no los venderemos para que acaben fileteados. Podremos cuidar de nuestras caballerizas para criarlos, entrenarlos y venderlos a un precio mayor para ganar la plusvalía. Pero lo mejor será utilizarlos como montura por nuestros territorios y sus inmediaciones. No solamente se suman a la oferta de animales disponibles, además se añaden el cultivo de avena para alimentarlos y el remolque para llevarlos entre diferentes ubicaciones.

El título se juega en primera persona, hasta cuando montamos en un vehículo podremos optar entre la cámara exterior para ver mejor lo que hacemos en la campiña u optar por la simulación más extrema desde la vista interior. Los gráficos son de campanillas, luce muy bien por su extensión y la cantidad de detalles. Puede que veamos alguna que otra textura que no esté a la altura, pero los vehículos están recreados con todo lujo de detalles y los entornos son muy llamativos. El juego está traducido al castellano para que no perdamos detalle. Si nos cansamos de la campaña, siempre podemos optar por el modo en línea en la que hasta dieciséis granjeros pueden jugar juntos. Además, la comunidad puede germinar entorno al juego (tanto en PC como en consola) gracias a los “mods” que permiten ampliar la experiencia.

Farming Simulator 19 es denso, minucioso y muy laborioso. Es un juego en el que deberemos tener mucho orden, mucha paciencia y una gran planificación. Si lo conseguimos, a cambio puede resultar muy gratificante, pero eso, a largo plazo y después de una curva de aprendizaje que resulta mucho más agradecida si venimos de entregas precedentes. No es un juego de partidas rápidas, ni es un juego en el que el crafteo tenga una importancia capital. Aquí impera la secuencia de acciones y es más importante labrar bien la tierra que vamos a gestionar que rebuscar cosas por los escenarios. Como simulador de granjero, no tiene parangón, y no precisamente por ausencia de competidores con quien compararlo.

Las posibilidades, han pensado en todo. La cantidad de tractores y animales. Luce muy bien.

Es muy simulador, para lo bueno, pero también para lo malo.

No todo el mundo tiene vocación ni paciencia para el campo, pues lo mismo pasa con este juego. A poco que te atraiga, te mudarás a una granja.

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Farming Simulator 19