Análisis de Blood and Truth

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Versión analizada PlayStation 4 Pro. Copia digital proporcionada por Sony.

Parece que fue ayer, pero ya estamos terminando el segundo año desde que se estrenó PlayStation VR. Como ocurre cada vez que se comercializa un periférico, los juegos que lo aprovechan llegaron en tromba, pero a diferencia de otros casos, en Sony se han preocupado para que cada mes tengamos interesantes propuestas para que PSVR esté siempre en auge. Hemos disfrutado mucho con Moss, AstroBot: Rescue Mission, Resident Evil 7 o Beat Saber por decir unos pocos, títulos superlativos que han conseguido hacer pasar momentos inolvidables. Ya, también hemos tenido algunos chascos y experiencias menores, pero siempre se ha mantenido un nivel más que aceptable. Pero en Sony quieren más. Quieren que PSVR tenga un catálogo tan importante como lo tiene PS4, de ahí que tengan Marvel’s Iron Man VR en desarrollo y pongan a equipos de desarrollo de la solera de London Studios a crear juegos para su sistema de realidad virtual.

Y de ellos, de los creadores de The Getaway y Gangs of London, llega ahora Blood & Truth, la continuación espiritual de “London Heist”, ese episodio que tantísimo gusto de PlayStation Worlds en el estreno de PSVR. Ya sabemos los gustos de Londos Studios por las películas de Matthew Vaughn y Guy Ritchie, se refleja claramente en los juegos que acabamos de enumerar, con esa ambientación centrada en el hampa londinense, en los trapicheos, delitos y conspiraciones de las mafias de la capitalista británica. Y Blood & Truth tiene esas cosas ya vistas en Rockrolla, Snatch o Layer Cake… pero con la acción extrema y la violencia sin límites de Kingsman o John Wick. Una mezcla explosiva para un juego de realidad virtual, todo sea dicho.

La trama nos pone en los ojos, literalmente de Ryan Marks, un soldado de las fuerzas especiales que está en medio de un interrogatorio. Enfrente, Carlson, un Fuerza Delta al que le iremos contando todo lo ocurrido en los últimos días. Un poco como vimos en Black Ops con Mason en la serie Call of Duty o al hablar con el psicólogo e. Until Dawn, pero en plan british. De esta forma, reviviremos los momentos más tensos de Ryan en el campo de batalla justo antes de viajar a Londres con motivo del entierro de su padre. Ninguna familia es muy normal, como bien sabemos, pero si la que tenemos controla parte del crimen organizado de la ciudad, resulta lógico que las trifulcas por el territorio se sucedan después de fallecer el jefe del clan. Durante el juego sufriremos la Opa hostil de la competencia, conflicto que sufriremos desde la perspectiva de Ryan y los miembros de su familia, su enviudada madre y sus dos hermanos pequeños.

Vale, este Disco-Pub es clavaito al que vimos en la primera de John Wick.

En cierta forma, el título tiene estructura de película. Pero una de James Bond, ojo, con su escena antes de las letras iniciales y una canción cantada a juego. De esta forma, alternamos secuencias “tranquilas, al hablar con Carlson o con nuestra familia, con las secciones de acción. Pero que nadie piense que las secciones más reposadas serán meramente contemplativas, si por algo destaca este juego es por la altísima interactividad. Podremos coger las fotos que nos enseña Carlson para verlas mejor (o lanzarlas como un frisbee)… incluso podremos juguetear con la guantera y el salpicadero del coche de nuestro hermano cuando nos viene a recoger al aeropuerto. En ese sentido, tenemos un juego fantástico, pero hay un punto bastante “tonto” que consigue potenciar aún más la inmersión. A ver, cada Move será una de nuestras manos, por lo que podremos coger todo lo que veamos (hay coleccionables a cascoporro), pero con solo pulsar un botón podremos hacer una peineta, hacer cuernos o levantar el pulgar. Una pena que estas acciones no tengan respuesta por parte de los personajes secundarios porque ya sería la leche, pero como método anti-estrés funciona a la perfección.

Ahora vamos a hablar de lo bueno, de las partes de acción. La mala noticia es que vamos sobre raíles, la buena, es que da igual. El camino está guiado pero hay varias fórmulas que aportan mucha variedad. Una de ellas, la más extendida, es la que nos lleva por puntos predeterminados del escenario. Este movimiento lo accionamos nosotros y se complementa con pasos laterales a izquierda y derecha (la mayor de las veces) que nos servirá para coger los coleccionables del escenario. En los tiroteos, vibrantes y muy satisfactorios, saldremos de las coberturas según usemos nuestro cuerpo, como si de un Time Crisis con detección de movimiento se tratase. Tendremos una pistola en la cadera, los cargadores para recargar en el pecho y la ametralladora en la funda de la espalda. Nos dan libertad para ir armados o con las manos libres, salvo los momentos narrativos prefijados y aquellos en los que tendremos que realizar otras acciones. Y en estas “otras acciones” es donde Blood & Truth destapa el tarro de las esencias. Subir escaleras con ambas manos, arrástranos por un conducto de ventilación o manejar las cámaras de vigilancia de un casino para seguir a un enemigo serán algunas de las enormes posibilidades disponibles. Pero nos quedamos con el maletín de las ganzúas y los alicates, un batiburrillo de minijuegos que nos asaltarán cuando tengamos que entrar por una puerta o al abrir una caja fuerte. Las partes en vehículos son muy parecidas a las de “London Heist”, en las que otro personaje conduce mientras nosotros disparamos a todo mal nacido que se nos acerque.

Si no tienes tino en el casino, prueba con la ruleta sin volverte majareta.]

Las limitaciones de PSVR siempre vienen por la necesidad de mostrar una alta cantidad de imágenes por segundo para que nuestros ojos no sufran y reducir la sensación de mareos. Pues bien, no hemos tenido problemas de este tipo con Blood & Truth, es más, se nos pasará el tiempo volando gracias a la inmersión y el grado de detalle de los escenarios. Cada puesta en escena está pensada a lo grande, hasta las más pequeña secuencia que dura unos segundos tiene su escenario llenito de detalles. Lo mismo podemos decir de los personajes, bien definidos y detallados, incluso reconoceremos a alguno de ellos de haber sido secundarios en alguna serie o película. Inevitablemente, hay dientes de sierra en los elementos más alejados, algo propio de los juegos de realidad virtual de PSVR pero el acabado general lo colocan como uno de los títulos punteros del periférico de Sony. Ya hemos hablado que el juego tiene tema cantado al principio, pero también tiene temas licenciados conocidos y una banda sonora que encajaría en una gran superproducción para el celuloide. Y claro, el doblaje en castellano marca la casa, con la calidad por todo lo alto a la que Sony nos tiene acostumbrados.

Blood & Truth es un juego imprescindible para todos los poseedores de PlayStation VR. Lo malo, como siempre, es la duración. 19 misiones agrupadas en cuatro bloques dan para unas 5-6 horas, pero podremos volver a jugarlo para conseguir los coleccionables, encontrar las dianas ocultas y cumplir los desafíos especiales. Lo bueno de estas tareas secundarias, es que conforme conseguimos los objetos ocultos desbloqueamos accesorios y modificadores (silenciador, mira láser, mira réflex) para nuestras armas que podremos utilizar en nuestro piso franco entre las misiones. En resumen, estamos ante un experiencia redonda, un juego con unos enormes valores de producción y una jugabilidad perfectamente ajustada para que queramos más una vez lo terminemos. Con los rumores de un nuevo PSVR2 para PS5, esperamos con mucho interés que London Studios vuelva a repetir esta fórmula que mezcla la acción y los bajos fondos londinenses de forma tan eficiente como divertida.

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