Llega un hombre al confesionario y dice:
– ¡Padre, me acuso de que he pecado!
Contesta el cura,
– ¿Qué pecado has cometido hijo mío?
-Me acuso de que me he follado a una negra en un cuarto oscuro, Padre…
Y el Padrecito le contesta,
– Tranquilo hijo, eso no es pecado, eso es puntería