El padrecito y el perico
Un padrecito va a comprar un perico y le dice al vendedor que no quiere un perico que hable, pero le venden por equivocación un perico que además era muy grosero. Por error el padrecito pone su jaula debajo de las escaleras y dice el perico cuando va bajando las monjas: “Rojos, blancos, amarillos, negros…”
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