La avellanas

Una mujer al tendero de frutos secos:
– ¡Anda hijo, que las avellanas que me vendiste el otro día me han salido todas malas!
– ¡A mí que me cuenta!, yo las vendo, no las educo…

Ley de Murphy 29

– Saltarte el semáforo en rojo… mal asunto, está la policía en la esquina y te puedes quedar sin pasta y sin permiso de conducir…

– Empezar a pitar, dar luces, soltar improperios…

– Resignación, la naturaleza es así y no vamos a estar todo el día protestando por la ley de la gravedad, el efecto Venturi o aquello del Boile-Mariote.

– Ley del tapón: La intensidad del atasco de tráfico es directamente proporcional al tiempo que esté dirigiendo el tráfico la Policía Municipal.

– Ley de Agony: Si te gusta una tía, es que tiene novio (y lo mismo a la inversa).

– Todas aquellas “tías buenas” que te tiran los trastos cuando tienes novia, se olvidan de ti en cuanto cortas con esta.

– La probabilidad de que una tía de un chat, sea una tía de verdad, es inversamente proporcional a las ganas que tiene de contactar con chicos…

– En una estación de metro, si una tía buenísima se queda entre dos vagones para entrar, jamás escogerá aquél en el que uno vaya (reversible para ellas).

– El día que te deja tu novia, todas las mujeres con las que intentas desahogarte tienen su mismo nombre.

– Siempre que ves a una chica que está como un tren en la playa, a unos pocos metros ves a su respectivo novio.

La mujer y el farmacéutico

Una mujer entra a una farmacia y le pide al farmacéutico:
– Por favor, quisiera comprar arsénico
Dado que el arsénico es muy tóxico y letal el farmacéutico quiso saber más datos antes de proporcionarle la sustancia.
– ¿Y para que querría la señora comprar arsénico?
– Para matar a mi marido
– ¡Ah, caramba! Lamentablemente para ese fin no puedo vendérselo
La mujer sin decir palabra abre la cartera y saca una fotografía del marido haciendo el amor con la mujer del farmacéutico
– ¡Mil disculpas!, dice el farmacéutico, no sabía que usted tenia receta

Vecina viciosa

Una señora comenta indignada a una amiga:
– Si será viciosa mi nueva vecina. Lleva tres semanas viviendo en el bloque, y ya se ha tirado a todos los de la escalera. Bueno, a todos menos al portero
– ¿Por qué? ¿Es que el portero es homosexual?
– No. Es automático